ҚазХҚжӘТУ
ХАБАРШЫСЫ
«ФИЛОЛОГИЯ ҒЫЛЫМДАРЫ»
сериясы
169
UDC 81.134.2
eLeMenToS gRoTeScoS, pARÓDIco
S Y hUMoRÍSTIcoS en LA oBRA De SADe
carlos ginés orta,
PhD Doctor,
Universidad Kazakh Ablai khan, Almaty, Kazakhstan,
carlos@firewalktheatre.com
Keywords:
grotesque, parody, transgression, subversion.
Abstract.
The works of Sade should be read from the point of view of the laughter.
In Sade there are a lot of traditional elements of humour, transgression and parody in a
terrifying world of crimes, sex, human destruction and rapes. It is obviously a literature
within the grotesque aesthetic and therefore within the realm of laughter.
Uno de los rasgos principales del grotesco es la transgresión. Por
eso, a lo largo de la historia el grotesco se ha enfrentado al dogma como
elemento subversivo y transgresor que se opone a la estética o a la moral
predominantes. El grotesco para ello exagera, deforma, satiriza, inventa y
consigue humor, pero para que el humor sea efectivo debe ser comprendido.
En la obra del marqués de Sade hay humor, es una obra que presenta
constantes elementos grotescos, paródicos y humorísticos pero que no todos
los lectores entienden, aprecian o aceptan. Nosotros defendemos una lectura
de su obra desde el humor, de lo contrario creemos que es mejor no leerle
porque no se le va a entender, va a resultar monótono, repulsivo y violento.
Se comprende perfectamente que no todos los lectores sean capaces de
apreciar o entender ese tipo humor, que no les parezca en absoluto divertida
la muerte trágica y cruel de un niño, ni la descripción de una violación,
ni los múltiples asesinatos que aparecen en sus páginas. ¿En qué punto lo
horroroso es inaceptable como forma de producir humor pervertido, humor
negro y macabro, humor transgresor? ¿Hay un límite en la transgresión?
Hay una frontera? Claramente esto depende de las circunstancias personales,
temporales y culturales del lector. Y así, si Sade era inaceptable en su tiempo
para la gran mayoría, actualmente se podría encontrar un gran número de
lectores y lectoras que podrían reír con sus barbaridades y perversiones,
porque la visión del mundo del siglo XXI no coincide con la del mundo en
la época de Sade. Nos aterra actualmente más un telediario de noticias que
toda la obra de Sade.
Nos recuerda Bataille que son siempre los civilizados quienes hablan (y
quienes escriben la historia). Los civilizados somos nosotros, los bárbaros
y los salvajes son siempre los otros. Bataille pone este ejemplo del relato
ISSN 2411-8745
Number 1 (2016), 169 - 179
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que no dejaron de obsesionarle a lo largo de toda su vida, y de los cuales,
sus libros son el cruel testimonio, Sade era capaz de reír” [3, p. 171]. Pese a
esta aseveración, Bataille considera su literatura inadmisible.
Dice Blanchot que Sade es excesivo, todo en él se da siempre en infinita
cantidad (ése es un rasgo del grotesco), y que su humor es extraño: “Hay en
Sade un moralista de la más pura tradición y le resultaría cómodo reunir una
selección de máximas junto a las cuales las de La Rochefoucauld parecerían
endebles e inseguras. Se le reprocha que escribe mal, y en efecto, a veces
escribe a la ligera y con una prolijidad que fatiga; pero también es capaz
de un humor extraño, su estilo afecta a una helada jovialidad, una suerte
de inocencia fría en los excesos, que se puede preferir a toda la ironía de
Voltaire, y que no se encuentra en ningún otro escritor francés” [4, p. 53].
También André Breton en
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